Yo trabajaba en un taller de costura, en ese entonces no cosía, era dobladora, pero me llamaba mucho la atención las máquinas de coser.

En diciembre terminó el trabajo, yo deseaba adquirir más conocimiento. En ese momento apareció la gran oportunidad de trabajar con Leather Heart empezando desde cero. Me meto en la costura y me relajo, se me olvidan los problemas, me enfoco en que quede bien, bonito. Creo que la costura me ha aportado mucho aprendizaje, tolerancia y me ha hecho crecer. Al comienzo hacía todo a mano, porque agarrar una máquina de coser por primera vez no es fácil, me daba terror. Mi mamá estuvo en todo ese proceso apoyándome y dándome ánimo. Me fue empujando a tomar la máquina de coser, que era la suya. Me decía: “pero si no lo haces, nunca lo vas a lograr!”. Ella cosía arreglos para la casa, sencillos, siempre estuvo dispuesta a compartir su conocimiento conmigo. 

Hace dos meses perdí a mi madre, y sentí que quería abandonar el proyecto, dejar el trabajo. Decaí,  mi mamá había sido mi gran apoyo, cuando me equivocaba, ella me orientaba. Y cuando necesitaba el tiempo para dedicarle al trabajo, ella asumía el oficio de la casa. Muchas de las cosas que aprendí fue a través de ella, era mi principal soporte. Fue un duro trance, pero Dios te va preparando para los caminos a recorrer. Llegó un momento en que yo misma me dije, no puedes desfallecer, te debes impulsar para seguir adelante. Yo debo estar ahí para mi hija, Yorlianis. Ella es mi mayor inspiración. Me ha tocado sacarla adelante sola. Ser madre y padre a la vez. Deseo darle todas mis enseñanzas, así como mi madre me las dio a mí. 

Al tener una hija sin padre presente, no puedes desfallecer, puedes caer pero tienes que volver a levantarte. En momentos difíciles siento que ya no puedo, pero luego me digo: “sí puedo”. Hay que solucionar.  Me impresiona la fuerza que he tenido en esos momentos. Si miro hacia atrás me digo a mi misma, lo has logrado. Creo que soy pilar y balanza en mi familia, ellos saben que cuentan conmigo y que estoy cuando me necesitan. Para mí la familia es el más grande apoyo, de ahí viene la energía para poder realizar todo lo demás. Desearía que mis padres siguieran acompañándome. Ellos siempre estuvieron juntos y en su entorno lo que hacían era dar amor. 

Me llena mucho coser un peluche porque sé que le llegará a un niño que lo disfrutará y le causará  emoción. Lo hago con el corazón, cuidando cada detalle, velando porque queden bien elaborados. Saber que trabajo para regalarle una sonrisa a un niño es algo enormemente gratificante.

Escritura:
Mariana Maneiro
Fotografía:
Pedro Tovar
Lugar:
Guatire, Venezuela
Fecha:
17.6.2019
Si miro hacia atrás me digo a mi misma, lo has logrado.
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