La literatura siempre ha formado parte de mi vida. De chiquita, uno de mis juegos predilectos era el de bibliotecaria. Ordenaba los estantes, luego, llamaba a alguien para que se deleitara ante lo organizado de mis libros y se llevara algún ejemplar que yo le prestaba. Asimismo, en el colegio, mientras otros hacían deporte, yo me quedaba en un rinconcito leyendo.

El amor por la lectura me lo cultivaron en casa. Mi padre organizaba tertulias en las que Andrés Eloy Blanco y yo éramos los invitados. Giraluna era el espacio de reunión predilecto y La Hilandera nos encantaba con sus versos. Esa escena la recuerdo con gran emoción, aunque no me considero una persona nostálgica.

Las letras también alimentaron mi curiosidad infantil. Curiosidad que aún de adulta conservo intacta y espero no perder. Por eso creo que soy de las personas que busca. Lo que he encontrado ha sido porque lo he buscado. Sin embargo, con la librería, he descubierto que, en ocasiones, el libro es el que te encuentra.

En El Buscón procuramos facilitar ese encuentro. La mayoría de las personas que nos visitan solo vienen a ver qué consiguen. Generalmente trabajamos con libros de segunda mano, tenemos cosas muy raras. En una ocasión, Laureano Márquez me dijo, refiriéndose a nuestra labor en El Buscón, que éramos el jardín de infancia para los libros nuevos y el ancianato para los libros viejos.

La verdad es que nunca imaginamos, hace trece años, que enfocarnos en libros usados sería el mejor camino para el futuro. Porque tampoco previmos que los ejemplares nuevos dejarían de llegar. Lo que sí hemos buscado es convertir este espacio en un lugar donde podemos reencontrarnos a través de los libros de segunda mano.

Al final mis juegos de niña se convirtieron en mi oficio. Sigo arreglando estantes y entregando letras a quienes estén dispuestos a recibirlas. Para mí esto ha sido una bendición y no lo cambiaría por nada del mundo. Sin lugar a dudas, puedo afirmar que la felicidad huele a libros.

Escritura:
Camila Lessire
Fotografía:
David Niño Herrera
Lugar:
Las Mercedes, Caracas
Fecha:
4.8.2016
Las letras también alimentaron mi curiosidad infantil. Curiosidad que aún de adulta conservo intacta y espero no perder.
No items found.

Más Historias

Juegas...
Elijes...
Thank you! Your submission has been received!
Oops! Something went wrong while submitting the form.

Mi vida, una poesía

Kathrin Wagner
Hay momentos en los que uno tiene que hacer de tripas corazón y sacar toda la fuerza que se tiene así se esté muy asustado.

Sueño con volver

Rafael Ponce
Siempre ha pasado que voy en el sentido contrario, pero es un sentido contrario que a mi modo de ver no choca de frente, se mezcla sutilmente.

Una voz rebelde

Luisa Barroso
Hoy, aunque mis opiniones políticas han cambiado, sigo haciendo escuchar mi voz porque siempre he querido estar al lado del pueblo.

Con mi bicicleta, pa’ arriba y pa’ abajo

Keyver Graterol
Cuando yo tenía catorce o quince años no quería estudiar, no quería hacer nada. Andaba con mi bicicleta como un vago pidiendo dinero, estaba sucio...

Raíz de roble y alas de fénix

Gary Ahing
Tuve que comenzar desde el principio. Desde cero. Aprender a comer, leer, escribir, hablar, caminar.

The One Making Things

Tom Quilliam
In hostels, nobody knows anything about anyone, so you've got no reason to feel inferior. We’re all equal inside a hostel.
© 2023 Cultura Epix
PrivacidadTérminosCookies