Yo le tengo mucho cariño a los árboles. En primer lugar son hermosos, pero si tú investigas un poco, te das cuenta de que ellos producen el agua que tú tomas, el aire que respiras, evitan que en un país tropical como Venezuela la temperatura suba a grados infernales, ¡los árboles nos dan demasiado! Y si amplías tu visión comprendes que son parte de un ecosistema muy macro, que es el planeta, en el que interactuamos los animales y los humanos.
El trabajo de conservación en Provita invita a la gente a ver más allá de lo que alcanzan sus ojos, desde la micorriza en la planta hasta el cambio climático que la afecta y la idiosincrasia de una comunidad. Sabemos que cuando la gente conoce su entorno, aprende a quererlo y a aprovecharlo sosteniblemente.